La India fue la pieza clave del imperialismo británico. Su
dominio se remonta al siglo XVIII cuando la East Indian Company se encargaba de
la explotación y administración del territorio (1777). Con sus 5 millones de
kilómetros cuadrados y una población cercana a los 300 millones de habitantes
constituía un mercado muy importante para los productos británicos.
Suministraba a Gran Bretaña materias. La ruina del artesanado hindú, por la
imposición del pacto colonial y la competencia de los productos industriales de
la metrópoli, desencadenó un movimiento nacionalista que culminó en la Revuelta
de los Cipayos de 1837, en contra de la occidentalización del país. La
consecuencia más importante de la revuelta fue la disolución de la East Indian
Company y la incorporación de la India a la Corona (1858). Durante el siglo
XVIII y principios del XIX, la India fue el lugar donde muchos de los hijos
nacidos en segundo lugar en familias nobiliarias (que no heredarían el estatus
familiar, y debían de elegir entre la Iglesia y el Ejército) irían como
oficiales de la Armada a hacer fortuna.
Sin embargo el nacionalismo hindú resucita. En 1885 nace un
partido nacionalista: el Partido del Congreso, dirigido por intelectuales
hindúes formados en universidades anglosajonas y que se orientó hacia
posiciones moderadas: la conversión de la India en un dominio similar a Canadá.
Pero Gran Bretaña se negó sistemáticamente a conceder la autonomía a un
territorio vital para la economía inglesa.
La India estuvo dirigida por un Gobernador General que
dependía de la Corona y que era una especie de virrey. La mayor parte del
territorio se dividía en distritos provinciales administrados por funcionarios
británicos, aunque en 1869 accedieron hindúes occidentalizados. El resto del
territorio se administró con varios protectorados, cuyos soberanos fueron en la
medida de lo posible fieles a la Corona.
Para tener más control del país de India, la corona utilizó el sistema de educación. El Parlamento ordenó la asignación de 100.000 rupias anuales para promover la educación local, tanto "oriental" como "occidental". En 1823 se creó en Bengala un comité de instrucción pública, del cual se introdujo un sistema educativo completamente británico que, en palabras de Macaulay el presidente del comité, "crearía una clase de personas, de sangre y color indios, pero de gustos, opiniones, moral e intelecto británicos". Y en un país con más que 20 lenguajes, esta manera sin duda podría establecer control.
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